28 noviembre, 2010

Certámenes y eventos.


Las citas, que concentran en pocos días el desarrollo, pase, o celebración, de un gran número de eventos de todo tipo, están de moda en nuestra sociedad. No hay municipio que se precie, que no tenga su o sus, certámenes anuales sobre un tema cultural específico: cine, teatro, música, etc., municipios que, año tras año, tratan de de batir su propio record incrementando el número de representaciones del año anterior.

Estas citas anuales, anunciadas a bombo y platillo, generan en el espectador ansiedad por no perderse nada, lo que les lleva al atracón, a la sobredosis o a generar en ellos lo que podríamos llamar la “bulimia cultural”, que viene a ser el consumo compulsivo de actos culturales sin preparación previa para su asimilación.

Lo visto y escuchado bajo estos efectos de tormenta de verano, de gota fría, dejan poco poso formativo en el consumidor-espectador. Quizá fuese más rentable y menos agresivo someter a los ciudadanos a un “chirimiri cultural” para que, en un periodo de tiempo significativo, fuese calando lo que la cultura aporta.

¡Por una actividad cultural en “pequeñas diócesis” y constante!

17 noviembre, 2010

Banco de la experiencia, que no de inversiones:


El Banco de la Experiencia: Es un Grupo o “holding”, con gran activo en experiencias personales. Podría considerarse como una Institución de interés público, especializada en préstamos (consejos), para favorecer el desarrollo del sentido común en las nuevas generaciones. El interés, a aplicar, es negociable y hay descuentos por saber escuchar y por pertenecer a familia numerosa.

Es curioso observar la falta de uniformidad que tienen en el vestir los tres miembros del Consejo de Administración del “Banco de la Experiencia”, que la foto muestra.

¡Hay que ver cómo han cambiado, para bien, los jubilados españoles!

02 noviembre, 2010

La Boda

La boda que tiene más representaciones que el Tenorio, es el acontecimiento que mayor atención social concita desde que se dejaron de hacer las ejecuciones en las plazas públicas.

La boda, que con anterioridad se hacía para unir reinos y haciendas, hoy es el punto de partida para tener una hipoteca en común sobre la casa o nido de la pareja. Matrimonio y patrimonio tienen en común algo más que la similitud fonética. Del pasado se mantiene el papel primordial que la novia tiene como “Reina por un día”, siendo el centro de atención de todos los flashes y miradas. El novio, por el contrario, suele hacer de figurante y si sale en las fotos es porque sirve para equilibrar los encuadres donde la novia luce su espectacular vestido, de modelo exclusivo.

La comitiva va ataviada para la ocasión con traje típico, que no disfraz, y por su papel paciente, de coro y testigo del evento, los invitados son agasajados con un banquete donde la cantidad suele ser el elemento evaluador de la generosidad de la nueva pareja.

Recientemente en la boda se han introducido ciertas novedades, de modo que la pareja puede ser del mismo género, lo que ha dado al traste con la “gracieta”: ¿yo vengo de parte del novio y tú?