15 mayo, 2013

La emigración no es un juego







Emigrar, ya sé, Internet  acorta  distancias, pero hay cosas que ninguna  tecnología puede suplir, y el que se va de España, sin saber por qué,  empieza a encontrarse mal, con bajo tono vital,  con morriña, con añoranza, llegando a pensar que es un flojo, un inútil.    Un buen día, pasado un tiempo, tendrá un sueño placentero y se despertará saboreando un buen pincho de tortilla acompañado de una caña de cerveza y entonces, y sólo entonces descubrirá que la emigración no es un juego.