26 noviembre, 2011

Cantamañanas, con perdón





Cantamañanas: A primera vista, su raíz,  parece indicar que se trata del que se levanta cantarín, pero no, su uso sirve para definir a quien habla sin tino, sin ton ni son, y cuyas palabras tienen escaso crédito.

Tildar a alguien de “cantamañanas” puede entenderse como un insulto suave,  como si fuese un defecto ajeno a su voluntad, una especie de minusvalía. El “cantamañanas” puede dar pie a la chanza, al chiste fácil,  pero el buen rato que nos haya podido hacer pasar con sus cuentos, con sus fantasías, se paga más que con creces si, éste, ostenta cargo público, pues sus palabras, sin base real y a “tontas y a locas”, suelen tener efectos  secundarios de alto coste.

¡Una cosa es la libertad de expresión y otra, muy distinta,  es “tatarear” la canción de moda sin conocer su letra y su música!

No hay comentarios:

Publicar un comentario